Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografías correspondientes a la familia de Miguel Enríquez Espinosa, secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, entre ellas imágenes de sus padres Edgardo Enríquez Frodden y Raquel Espinosa Townsend, hermanos y compañeros de militancia.
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Sobre la madre de Miguel y Edgardo Enríquez. Memoria Viva. En línea. https://www.memoriaviva.com/Desaparecidos/D-E/enriquez_espinoza__edgardo_2.htm
Querella Víctimas del Movimiento de Izquierda Revolucionario. MIR, Chile. 29 de marzo 2001. Archivo Chile. En línea. <https://www.archivochile.com/Archivo_Mir/Fam_caidos_mir/mirfamcaidos0001.pdf>
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de Raquel Espinosa Townsend, madre de Miguel Y Edgardo Enríquez, fundadores del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). La imagen corresponde a la asistencia de Raquel a los Tribunales de Justicia el 29 de marzo de 2001 para ratificar la firma de la querella interpuesta por familiares, amigos y compañeros contra Augusto Pinochet Ugarte y todos quienes resulten responsables de la muerte y desaparición de más de quinientos miristas entre 1973 y 1990.
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Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de Miguel Humberto Enríquez Espinosa, médico, fundador y secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). El retrato en blanco y negro se encuentra sobre papel roneo.
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Enríquez Espinosa Edgardo. Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, En línea. https://interactivos.museodelamemoria.cl/victimas/?p=1235
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de Edgardo Enríquez Espinosa, miembro de la comisión política del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), hermano de Miguel Enríquez y detenido desaparecido desde 1976. La imagen corresponde a una fotografía escolar de Edgardo en su época de secundario.
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A 42 años de la detención y posterior desaparición de Edgardo Enríquez Espinosa, dirigente del MIR. 11 de abril 2018. Resumen Latinoamericano. En línea. https://www.resumenlatinoamericano.org/2018/04/11/chile-a-42-anos-de-la-detencion-y-posterior-desaparicion-de-edgardo-enriquez-espinosa-dirigente-del-mir/
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de Edgardo Enríquez Espinosa, miembro de la comisión política del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y hermano de Miguel Enríquez. Tras el golpe de Estado de 1973, Edgardo sale de Chile con destino a Buenos Aires en marzo de 1974 con el objetivo de organizar un comité exterior del MIR y reunir recursos para la resistencia a la dictadura. Fue detenido el 10 de abril de 1976 en Argentina mientras salía de una reunión de la Junta Coordinadora Revolucionaria, integrada por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PTR- Argentina), el Movimiento de Liberación Nacional -Tupamaros (Uruguay), el Ejército de Liberación Nacional (ELN -Bolivia) y el MIR chileno. Junto a él fueron detenidos otros militantes en colaboración con el Departamento de Exterior de la DINA. Edgardo fue llevado a campos de concentración argentinos El Olimpo, Campo de mayo y a la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) y desde entonces permanece desaparecido.
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Enríquez Espinosa Edgardo. Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, En línea. https://interactivos.museodelamemoria.cl/victimas/?p=1235
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de Edgardo Enríquez Espinosa, miembro del Comité Central del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y hermano de Miguel Enríquez, Secretario General. Edgardo permanece en calidad de desaparecido desde 1976 tras su detención en Argentina.
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Enríquez Espinosa Edgardo. Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, En línea. https://interactivos.museodelamemoria.cl/victimas/?p=1235
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
Publicado
Fotografía de Edgardo Enríquez Espinosa, hermano de Miguel Enríquez y miembro del Comité Central del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fue detenido y desaparecido en Buenos Aires el10 de abril de 1976 mientras salía de una reunión de la Junta Coordinadora Revolucionaria.
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Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía en blanco y negro de los hermanos Enríquez Espinosa. De izquierda a derecha Marco Antonio, Inés, Edgardo y Miguel Enríquez.
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Biografía de Miguel Enríquez Espinosa. Las historias que podemos contar. En línea. https://www.lashistoriasquepodemoscontar.cl/miguelceme.htm
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de Miguel Enríquez Espinosa con uniforme escolar en su primer día de clases en el Colegio Inglés de Concepción a la edad de 5 años.
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Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de Miguel Enríquez Espinosa, secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), durante una presentación.
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Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de rostro de Miguel Enríquez Espinosa, secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) a la edad aproximada de 26 años.
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Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía a color de Miguel Enríquez junto a su hija Javiera Enríquez Pizarro de aproximadamente un año. Javiera es hija de la relación de Miguel con Alejandra Pizarro, socióloga con quien contrae matrimonio en 1968. Tras la muerte de Miguel el 5 de octubre de 1974, Javiera es trasladada a la embajada de Italia en Chile y posteriormente parte a exilio en Inglaterra junto a su abuelo.
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A 42 años de la detención y posterior desaparición de Edgardo Enríquez Espinosa, dirigente del MIR. 11 de abril 2018. Resumen Latinoamericano. En línea. https://www.resumenlatinoamericano.org/2018/04/11/chile-a-42-anos-de-la-detencion-y-posterior-desaparicion-de-edgardo-enriquez-espinosa-dirigente-del-mir/
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de Edgardo Enríquez Espinosa, hermano de Miguel Enríquez y miembro del Comité Central del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Es detenido el 10 de abril de 1976 en Argentina mientras salía de una reunión de la Junta Coordinadora Revolucionaria, permaneciendo desde entonces en calidad de desaparecido.
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Enríquez Espinosa Edgardo. Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, En línea. https://interactivos.museodelamemoria.cl/victimas/?p=1235
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de Miguel Enríquez Espinosa, secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
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Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de Miguel Enríquez Espinosa, dirigente y secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
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Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de perfil y a color de Miguel Enríquez, secretario general del Comité Central del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
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Enríquez Frodden Edgardo. Anales de la República. En línea. http://anales.cl/enriquez-frodden-edgardo/
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de Edgardo Enríquez Frodden, padre de Miguel Enríquez Espinosa, destacado médico cirujano, rector de la Universidad de Concepción entre 1969 y 1972 y Ministro de Educación de Salvador Allende en 1973. Casado con Raquel Espinosa Towsend y padre de cuatro hijos: Marco Antonio, Edgardo, Inés y Miguel.
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Biografía de Miguel Enríquez Espinosa. Las historias que podemos contar. En línea. https://www.lashistoriasquepodemoscontar.cl/miguelceme.htm
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de Edgardo Enríquez Frodden y Raquel Espinosa Townsend, padres de Edgardo y Miguel Enríquez, secretario general y fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Edgardo fue un destacado médico cirujano, rector de la Universidad de Concepción entre los años 1969 y 1972 , se integra al gabinete del gobierno de la Unidad Popular asumiendo como Ministro de Educación de Salvador Allende en 1973. Raquel por su parte, era egresada de la Escuela de Leyes de la Universidad de Concepción.
La fotografía en blanco y negro se encuentra inserta sobre papel roneo, con título escrito a mano y timbres de la revista Punto Final.
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Sobre la madre de Miguel y Edgardo Enríquez. Memoria Viva. En línea. https://www.memoriaviva.com/Desaparecidos/D-E/enriquez_espinoza__edgardo_2.htm
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía del homenaje a Miguel Enríquez, uno de los fundadores y secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), realizado en octubre de 1991 a 17 años de su muerte en combate. El acto conmemorativo realizado frente a la casa de calle Santa Fe en la comuna de San Miguel, donde cae abatido el 5 de octubre de 1974, contó con la presencia de sus padres Edgardo Enríquez Frodden y Raquel Espinosa Townsend, además de sus hijos Marco Enríquez Ominami, hijo de Miguel con Manuela Gumucio y Javiera Enríquez Pizarro, hija de Alejandra Pizarro.
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Sobre la madre de Miguel y Edgardo Enríquez. Memoria Viva. En línea. https://www.memoriaviva.com/Desaparecidos/D-E/enriquez_espinoza__edgardo_2.htm
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía del homenaje realizado a Miguel Enríquez, secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) caído en combate el 5 de octubre de 1974 en la casa de seguridad ubicada en calle Santa Fe, comuna de San Miguel.
La conmemoración contó con la asistencia de sus padres Edgardo Enríquez Frodden y Raquel Espinosa Townsend, quienes aparecen de espalda en la imagen, y de sus hijos Marco Enríquez Ominami y Javiera Enríquez Pizarro; se celebró en 1991 en las afueras del lugar.
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Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de Edgardo Enríquez Frodden y Raquel Espinosa Townsend, padres de Edgardo y Miguel Enríquez, secretario general y fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
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Sobre la madre de Miguel y Edgardo Enríquez. Memoria Viva. En línea. https://www.memoriaviva.com/Desaparecidos/D-E/enriquez_espinoza__edgardo_2.htm
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de Edgardo Enríquez Frodden y Raquel Espinosa Townsend, padres de Edgardo y Miguel Enríquez, fundador y secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Tras la muerte de Miguel en 1974 y la desaparición de Edgardo en Argentina, la pareja se exilia en Inglaterra en 1976 y luego en México donde permanecen cerca de 14 años. En dicho país Edgardo Enríquez Frodden, médico cirujano de profesión, ejerce como profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de México. Posteriormente viajan a Cuba a la inauguración del Hospital Miguel Enríquez Espinosa en La Habana, para luego regresar a Chile en enero de 1989.
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Homenaje a Raquel Espinosa madre de Miguel Enríquez. Madre coraje. Abril 2003. Archivo Chile. En línea. <http://www.archivochile.com/Miguel_Enriquez/Doc_sobre_miguel/MEsobre0042.pdf>
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de Raquel Espinosa Townsend, madre de Edgardo y Miguel Enríquez, fundador y secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), caído en combate el 5 de octubre de 1974. Raquel estudió Derecho en la Universidad de Concepción donde conoció a quien fuese su marido, Edgardo Enríquez Frodden. Tras el matrimonio celebrado en 1939 nacen sus cuatro hijos: Marco Antonio, Edgardo, Inés y Miguel, viviendo gran parte de su vida en la ciudad de Concepción. Tras la muerte de Miguel y la desaparición de Edgardo en Argentina, Raquel parte al exilio en Inglaterra y luego en México, regresando a Chile en 1989. Fallece en abril de 2003.
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Edgardo Enríquez Frödden.24 de febrero 2019. Diario Concepción. En línea. https://www.diarioconcepcion.cl/opinion/2019/02/24/edgardo-enriquez-frodden.html
Homenaje a Edgardo Enríquez Frödden. 29 de noviembre 2012. Asociación de Académicos y Académicas Enrique Molina Garmendia. Universidad de Concepción. En línea. http://www.academicosudec.cl/homenaje-a-edgardo-enriquez-frodden/
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
Publicado
Fotografía de Edgardo Enríquez Frodden, destacado médico cirujano, padre de Edgardo y Miguel Enríquez, secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Estudió medicina en la Universidad de Concepción y ejerció como rector en dicha casa de estudios entre 1969 y 1972, cuando deja el cargo para asumir como Ministro de Educación de Salvador Allende hasta 1973. Con anterioridad trabajó en la Academia Naval y fue director del Hospital Naval de Talcahuano entre 1953 y 1969. Tras el golpe de Estado, estuvo relegado en isla Dawson y sale de exilio con destino a Inglaterra en 1976 y luego a México, regresando a Chile en 1989.
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Homenaje a Edgardo Enríquez Frödden. 29 de noviembre 2012. Asociación de Académicos y Académicas Enrique Molina Garmendia. Universidad de Concepción. En línea. http://www.academicosudec.cl/homenaje-a-edgardo-enriquez-frodden/
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
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Fotografía de Edgardo Enríquez Frodden, padre de Edgardo y Miguel Enríquez, secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), médico y rector de la Universidad de Concepción entre 1969 y 1972, ejerció como Ministro de Educación durante el gobierno de Salvador Allende hasta 1973.
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A 42 años de la detención y posterior desaparición de Edgardo Enríquez Espinosa, dirigente del MIR. 11 de abril 2018. Resumen Latinoamericano. En línea. https://www.resumenlatinoamericano.org/2018/04/11/chile-a-42-anos-de-la-detencion-y-posterior-desaparicion-de-edgardo-enriquez-espinosa-dirigente-del-mir/
La fotografía original es de tamaño carnet.
Manuel Cabieses comienza a desarrollar su vocación periodística desde su adolescencia junto al trabajo sindical para luego comenzar su carrera en el periódico Las Noticias de Última Hora, con cuyo editor, Mario Díaz fundó la revista Punto Final en 1965. La idea era crear un medio periodístico independiente, sin censura y que entregara a sus lectores la información suficiente para desarrollar un pensamiento y juicio propio. El nombre de la revista se vincula directamente con la intención de publicar reportajes en profundidad sobre temas de interés público hasta agotarlos, es decir, hasta el punto final.
El primer número fue publicado el 15 de septiembre de 1965 y durante sus primeras ediciones fue un folleto con un solo tema tratado. Es por influencia de Jaime Barrios Meza, un economista y ex militante comunista, que Punto Final se transforma en una revista quincenal con diversas secciones. En palabras de Cabieses “Fue Jaime el que se propuso hacer de Punto Final una revista que sirviera de tribuna a las ideas revolucionarias en Chile. No recuerdo exactamente como lo dijo pero fue el verdadero padre de Punto Final”. (Cabieses, 2015:51)
Tras este giro editorial, Punto Final comienza a perfilarse, con Manuel Cabieses a la cabeza como director, como un medio de información al servicio de los intereses revolucionarios del pueblo, enfatizando que “si bien nuestro pueblo no necesita de tutores que encuadren la dirección de sus luchas, ni de pontífices que digan la última palabra, hay urgencia de entregar antecedentes que actúen como factores estimulantes del combate.”(Cabieses, 2015:53)
Dada la militancia de Manuel Cabieses en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y la publicación de documentos y reportajes sobre el partido, entre ellos la primera entrevista realizada a Miguel Enríquez como su secretario general, se señaló a Punto Final como una revista del MIR. Pero, según señala Cabieses, “lo que ocurrió fue que la línea editorial e informativa se fue haciendo cada vez más coincidente con las políticas del MIR y otros sectores de la izquierda radicalizada de Chile y América Latina.”(Cabieses, 2015:67)
Por sus páginas pasaron destacados periodistas, entre ellos José Carrasco Tapia, asesinado en dictadura, Lucía Sepúlveda y Máximo Gedda, detenido desaparecido desde Londres 38 durante su funcionamiento como centro clandestino de detención entre 1973-1974. Tras el golpe de Estado de 1973, las oficinas de Punto Final ubicadas en Unión Central 1010 fueron allanadas y destruidas por militares, quemando el archivo que contenía centenares de fotografías y documentos de la izquierda chilena. (http://www.puntofinal.cl/894/historia.php)
Por su militancia mirista y miembro del Comité Central, Cabieses fue detenido el 13 de septiembre de 1973, pasando por distintos centros de detención como el Estadio Nacional, Chacabuco, Puchuncaví y Tres Álamos, debiendo salir a exilio. Finalmente ingresa clandestinamente al país en 1978 el marco de la Operación Retorno, estrategia definida por el MIR en el exterior que trajo de vuelta a un número importante de militantes para dar continuidad a las luchas contra la dictadura militar.
La revista es clausurada por 16 años y vuelve a circulación el 15 de agosto de 1989.. Desde esa fecha, la revista sigue en circulación hasta su cierre definitivo el año 2018. Durante los años de la transición, Punto Final se posicionó como un espacio crítico de la nueva realidad neoliberal chilena.
Publicado
Fotografía de medio cuerpo de Edgardo Enríquez Espinosa, hermano de Miguel Enríquez y miembro del Comité Central del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Es detenido el 10 de abril de 1976 en Argentina mientras salía de una reunión de la Junta Coordinadora Revolucionaria, permaneciendo desde entonces como persona desaparecida.
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