"Lo que más me impresionó es ver desde la Alameda por Ahumada que se veía hasta Mapocho, donde no se veía un alma. Al lado de Andrés Bello había un grupo de milicos con su metralleta, cuyas balas brillaban en el sol de septiembre. Nos cruzamos la mirada, estaban tan nerviosos como yo, que iba caminando en pleno toque de queda total. Ahí en la torres San Borja me encontré con un enfrentamiento entre francotiradores y los milicos, que estaban tratando de tomarse la torre. Yo después seguí mi camino y lo que más me impresionaba era ver una ciudad totalmente vacía, muerta, solo con los milicos en la calle." (Extracto que acompaña a la ilustración en el libro).