Sección compuesta por documentos que dan cuenta del proceso de creación de Londres 38 como espacio de memorias y del desarrollo del proyecto político. A lo largo de varias décadas este recinto fue conocido por el nombre de la calle y el número que lo designaba. Durante el proceso de recuperación la posibilidad de renombrar el lugar fue motivo de discusión. Una de las opciones era “Casa de la memoria” pero se la consideró reduccionista, optando por mantener la denominación conocida, a la que se agregó la noción más amplia de “espacio” y el plural al concepto de “memoria”. Así se llegó a la forma actual: “Londres 38, espacio de memorias”. El objetivo era construir un espacio que no se limitara a la denuncia de la represión y a la contención de las víctimas sino que, sobre todo, pudiera contribuir a los procesos colectivos de elaboración de la memoria, y constituirse como un espacio generador de reflexión y discursos críticos vinculados también al presente.
En términos formales el inicio de este período se puede datar en agosto de 2009, cuando los tres colectivos participantes de la Mesa de trabajo --Colectivo 119, Familiares y compañeros; Colectivo Londres 38, y Memoria 119--, convergieron en una nueva organización para todos los fines relacionados con la gestión y administración del espacio, y cuando se adoptaron las definiciones básicas contenidas en el Marco ético, histórico y político.
En 2010 se intensificó la gestión del espacio. Con los recursos entregados por el Estado se elaboró una primera versión del diseño para la recuperación integral de Londres realizado por un equipo multidisciplinario de arquitectos, museógrafos, arqueólogos, historiadores y cientistas sociales que contempló un diagnóstico del estado de conservación y de las posibilidades de un peritaje arqueológico, una propuesta de restauración y museografía, y un informe sobre la historia relacionada con el inmueble.
Ese mismo año, la organización constituyó un equipo de trabajo permanente que en 2011 ya tenía la conformación actual. Este equipo comenzó a funcionar de manera integrada con los miembros de los colectivos, lo cual permitió abordar en forma conjunta nuevas tareas.
Entre ellas está el desarrollo de peritajes arqueológicos forenses; la investigación histórica y la edición de publicaciones; el incremento del archivo digital; la realización de actividades conjuntas con otros actores sociales y culturales; y la consolidación de un sistema y metodologías de trabajo participativo con los más de 20 mil visitantes que acuden anualmente a Londres 38.